Qué es dirigir una empresa
En este articulo quiero recordar y sintetizar diversos puntos expuestos, de de una forma u otra, en publicaciones anteriores.
Y, antes de abordar la dirección estratégica conviene comentar qué entendemos por dirigir.
Según mi propia cosecha, “dirigir es el conjunto de tareas que lleva a cabo un director general, y los directivos (en su caso), para lograr que los recursos de una organización trabajen en la dirección correcta, y de la mejor manera posible, con la finalidad de desarrollar una misión y lograr unos objetivos”.
Al respecto, destacaría lo siguiente:
- dirigen, en el ámbito empresarial, quienes tienen la responsabilidad de hacerlo, por designación, no por autoridad moral;
- por recursos se entiende en primer lugar los humanos; y, después los materiales (y otros intangibles);
- la piedra angular de cualquier tarea directiva son las personas, principal recurso de la empresa;
- la orientación de la dirección es según la Misión que tenga la empresa, y también hacia el logro de los objetivos previstos (cualitativos y cuantitativos). Es decir, seguir una dirección con un plan para abordarlo.
¿Qué se necesita para intentar dirigir bien?
Hará falta cualificación: capacidad de liderazgo, aptitudes (personalidad y conocimientos) y experiencia, todo lo cual se resumiría en tener el perfil preciso.
- Los tres ingredientes citados son imprescindibles, pudiendo variar su proporción según las circunstancias de la empresa. Pero, en cualquier caso, el liderazgo es lo más importante, aunque sin el complemento de las aptitudes y la experiencia sus efectos quedarían muy disminuidos y/o distorsionados.
- Dentro de los conocimientos, saber aplicar metodologías concretas de trabajo será muy importante.
Y, hay dos errores que conviene evitar:
- Cualquiera no puede tener, per se, la posibilidad de dirigir, aunque quiera: necesita disponer del perfil adecuado. Ocurre con frecuencia en las empresas familiares, al pensar que el hecho de ser dueño implica tener capacidad para dirigir, y no siempre es así.
- Y, dirigir no es gestionar: es mucho más. Gestionar es “hacer gestiones” que no tienen por qué ser siempre de contenido estratégico (serían acciones puntuales).
- Es cierto que en el vocabulario diario se suelen confundir ambos enfoques, incluso el directivo principal puede tener el título de gerente: de ahí que prefiera llamarle director general (o CEO).
Podríamos ahondar más en la cuestión pero creo es suficiente, como introducción a lo que pretendo, hablar de «dirección estratégica» y cómo mejorarla en el caso de las Pymes.
Dirección estratégica
La dirección estratégica, la eficaz y útil para una empresa, es aquella cuyas decisiones y trabajo diario se basan en una estrategia, que deberá ser integral y a largo plazo, y que cuente con unos requisitos (ver el gráfico siguiente):
- Hay que partir de una visión clara respecto qué se quiere ser y donde llegar. Sin este elemento habrá trabajo, pero sin orientación.
- La estrategia, y cómo se desplegará (llevarla a cabo), deberá estar escrita y configurada como un plan. No se trata de ir improvisando como sistema (aunque en ocasiones puntuales sí pueda actuarse así).
- El plan (la estrategia) precisará ser compartid0 con el equipo de directivos de la empresa, pues serán ellos los que, implicándose, ayudarán a llevarlo a cabo.
- Y, el proceso de dirección estratégica implica una mejora continua, de tal forma que las revisiones de resultados y la toma de decisiones correctoras, en su caso, sea algo habitual.
La dirección a corto plazo no es estratégica sino más bien reactiva, y difícilmente podrá ser sostenible. Por esto, el CEO necesitará tener siempre puestas las “luces largas” (aunque en ocasiones concretas encienda las cortas).
- Un ejemplo, claro, de lo que significa “largo plazo” es la diferencia entre el proceder de un empresario y un político, porque estos funcionan casi siempre con las “luces cortas”, a muy corto plazo.
- Con demasiada frecuencia se usa el término “estratégico” en la vida diaria: para confirmar que lo sea, la prueba “del algodón” es si responde a un plan integral y a largo plazo. Las decisiones puntuales, para un momento concreto, raras veces son estratégicas.
- Y, el Consejo de Administración (si lo hubiera, lo cual recomiendo), siempre ha de trabajar con las luces largas y extra largas.
¿Tiene cabida la intuición y, a veces, la improvisación, en la dirección estratégica? Por supuesto que sí, en especial en las pymes donde muchos de sus directores suelen ser muy “intuitivos”.
- Pero no ha de convertirse en el modus operandi habitual de proceder: dejaría de ser estratégico.
A tener muy en cuenta
Quiero destacar que, según modesta experiencia en la materia, existe una relación directa entre dirigir bien y obtener resultados: este es el trasfondo de todo, pues si una pyme está bien dirigida tendrá más opciones de cumplir sus metas de forma sostenible. Y, el secreto es abordarlo de forma estratégica.
- La empresa tiene una vocación de permanencia en el tiempo, y dirigirla es algo complejo y diverso. Abordar esto con éxito no es fácil ni puede hacerlo cualquiera.
Y, si tuviera que seleccionar una sola idea para explicar cómo ser un buen director, y dirigir con eficacia, diría que debemos serlo “de una orquesta”, contando con las personas, con el equipo, y procurando además que sean lo más competitivas posibles: si de nuestro trabajo directivo se deriva que las hacemos mejores, entonces habremos cumplido.
- Centrarse en el equipo, en una pyme, es una muestra de “inteligencia estratégica”, porque dado que la estructura organizativa siempre será ajustada, el buen hacer (o no) de las personas singulares tiene una incidencia muchísimo mayor, en proporción, que en una empresa grande. Este es un punto crucial.
Por último, indicar que, para realizar una dirección estratégica eficaz, el responsable de una empresa necesitará emplear herramientas que le ayuden en el análisis y la toma de decisiones, en términos estratégicos, pues no se trata de dirigir sin más, «a palo seco».
- Al respecto, destaco la utilidad del Plan Estratégico, que por la metodología que se emplee, profundizando en las cuestiones, y el hecho de centrarse en lo que la empresa necesita, es de una importancia capital. A ello me referiré en los próximos artículos.
- Y, otra herramienta, también importante, sería la DPO (dirección por objetivos), que si bien no tiene la trascendencia y amplitud del citado Plan, ambas serían la base para dirigir bien, pues se complementan.
Saludos cordiales a todas y todos.
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