Este año estoy probando más vinos que otras veces, sobre todo productos de zonas tradicionales conocidas pero que tienen un perfil moderno y actualizado, y que proceden muchas veces de pequeñas parcelas con sus especificidades. Y, un buen ejemplo es Bardos Villálvaro.
Este vino tinto se elabora a partir de cepas muy antiguas de pequeñas parcelas, a casi mil metros de altura, del pueblo de Villálvaro (Soria) en el límite de la D.O. Ribera del Duero, según informa la Bodega Bardos (del grupo Vintae).
La configuración del suelo que soporta las cepas es arenosa y con algo de graba, todo lo cual facilita el drenaje y la obtención de un mosto con matices propios, una de las características de los «terruños».
La añada que he catado de Bardos Villálvaro ha sido 2021, y sinceramente es de lo mejor que he disfrutado en los últimos tiempos. El vino es frutal, con un toque balsámico, elegante, con finura y buena redondez. Entra «sólo».
El resultado de la combinación de las uvas que se emplean (Tinta Fina, Garnacha, Albillo mayor y otras) es muy agradable, señal del buen trabajo que hay detrás, además de la crianza (12 meses en tinas de roble), donde la madera se nota poco y se agradece porque te permite centrarte en el vino, sin distracciones.
Puede beberse a 16ºC, y permite un amplio maridaje, si bien los guisos condimentados, la carne y los quesos curados destacan por la capacidad de lograr buenas combinaciones.
Cuesta unos 35 € y los merece, sin duda.
Bardos Villálbaro es un buen vino, para repetir, y que por todo lo dicho lo incluyo en la sección de este blog «Mi Bodega«.
Y, siempre bebamos con moderación (aunque con uno de estos caldos no siempre es fácil).
Saludos cordiales a todas y todos.
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