AYUDAR A LAS PYMES

Ayudar a las pymes

Ayudar a las pymes no sólo es una necesidad sino, también, una actitud inteligente para crear empleo real y generar actividad económica, todo lo cual redundará en devengo de impuestos que financien «el estado del bienestar».

En España nunca ha habido una política integral clara y tangible de apoyo a los negocios, y mucho menos a las pymes. La ceguera política al respecto es de aurora boreal, no dándose cuenta de la utilidad pública de estas empresas. Requeriría, necesariamente, una política de estado y no parches coyunturales.

Desgraciadamente, a falta de planteamientos estratégicos a largo plazo, se opta por medidas a corto y -sobre todo- dar subvenciones, situación esta en la que la UE tiene una cierta responsabilidad, y que muestra hasta qué punto el proyecto europeo necesita un desarrollo más pegado a la realidad. El político entiende la subvención, porque es más fácil tirar de regadera que implantar políticas de fondo.

Hace tiempo llegué a la conclusión de que ocurre porque no entienden el circulo de la economía productiva. Hay un déficit tremendo de falta de cultura empresarial en los representante públicos, aunque no todos (algunas excepciones conozco).

Importancia de las pymes

He explicado en muchas ocasiones, con datos, por qué las empresas familiares son el soporte de cientos de miles de empleo gracias a su generoso esfuerzo, pues aseguran los puestos de trabajo con ese plus de dedicación y compromisos social, lo cual no siempre puede decirse de las grandes organizaciones.

¿Cuántas pymes y microempresas han aguantado heroicamente durante la pandemia, manteniendo el empleo, jugándose los dueños de aquellas su patrimonio? Y, aún hoy, muchas siguen con problemas por el esfuerzo de entonces.

Y, detrás de cada empresa hay un empresario, personas que merecen, por lo que aportan (en especial las pymes), además de respeto el máximo apoyo posible para que su trabajo vocacional rinda lo máximo. Es una cuestión de inteligencia social para con los que «tiran del carro»

Algunas medidas de apoyo aprobadas

Hablando de ayudar a las pymes, hace unos meses (28.09.22) se ha aprobado la Ley 18/22 de Creación y crecimiento empresarial, conocida por ley «crea y crece», donde se pretende poner unas bases concretas.

La referida ley dice que «reconoce» (veremos) su aportación al desarrollo del país, y que pretende ganen (las empresas) tamaño para lo cual se establecen diversas medidas, desde el nacimiento hasta su pleno desarrollo.

Cierto es que dicha ley, junto las anteriores de starts up y la concursal, y mejoras en la Ley de Garantías de Mercado, pretenden avanzar en la buena dirección. Y, en el caso de la 18/22 quiere facilitarse las inversiones, pero está muy centrada en la digitalización y la transición energética, lo cual es correcto pero la problemática de una pyme es mucho más amplia.

Está bien que, además, se apoyen las restructuraciones si hay dificultades, se simplifique (como hacerlo telemáticamente)  y abarate la creación de empresas, se intente reducir la morosidad comercial e incentivar la implicación del capital riesgo y el crowfunding, como la Ley 18/22 plantea, casi todo lo cual está enfocado hacia la creación de nuevas empresas o recientes ya existentes.

Citaba antes la Ley de Startsup (fomento del ecosistema de empresas emergentes, tecnología e innovación), la 28/22 de 21.12.22, que aborda algunas cuestiones como el emprendedor rural («territorios rurales inteligentes»), y se delimita qué se entiende por startsup (sede en España, hasta 10 m€ de facturación, 60 % de la plantilla contratada aquí, etc).

Dichas empresas deben ser «innovadoras» (desarrollo de productos o servicios y/o su mejora), precisará (para acogerse a las ayudas) estar certificadas como tales, y tendrán algunas ventajas como: menor costo de notario y simplificación de trámites, incentivos fiscales (impuesto de sociedades al 15 % en vez del 25 % general), stocks options interesantes para empleados, facilitar la participación de inversores (inclusive el capital riesgo), etc.

No obstante, me cabe una duda: ¿es necesario» crear el grupo» de empresas innovadoras, cuando la mayoría lo son?. Es una de esas «modas políticas», adoptadas por personajes que no entienden qué es una empresa y cómo se desenvuelve. Aún recuerdo lo que dijo, hace años, un presidente autonómico cuando se refería «al sector» de la innovación (tal cual).

Lo que necesitan las pymes

Cuando hablamos de ayudar a las pymes me parecen muy bien las leyes citadas, pero percibo mucho voluntarismo y falta de conocimiento de la situación cuando «se ponen puertas al campo» y se olvida el mundo real, es decir los cientos de miles de pymes y micropymes ya existentes. A estas ¿se les ayudará, se valorará su papel, o que se apañen?

Además, ¿se entiende que todos los empresarios han sido y/o son emprendedores?

En mi modesta opinión es necesario incluir a TODAS las pymes, de una forma u otra, desde una perspectiva estratégica a la hora de apoyarlas, reconociendo la importancia que tienen para que la economía real funcione. Me refiero a una política estatal de apoyo general, compatible con fijar algunas prioridades en segmentos concretos.

Dicha política debería ser estable y desarrollada con planes enfocados, transparentes, con dotación económica y que sirvan para ayudar a las empresas como estas precisan,  empezando por clarificar qué es una pyme, su importancia social y su contexto competitivo, específico, además de reconocer el papel que los empresarios desempeñan.

Me permito sugerir algunas medidas, al respecto:

• Unificar criterios y simplificar trámites, a todos los niveles, de tal forma que un empresario tenga sólo un interlocutor en un punto determinado. Después, que las diferentes AA.PP. se organicen entre ellas, y no al revés.
• Una política fiscal que tenga una visión de 360º, contemplando los aspectos personales, familiares y empresariales, cuando todos ellos redunden en el desarrollo sostenible de la pyme, inclusive lo relativo a la sucesión (siguientes generaciones).
• Un tratamiento específico sobre los costos de seguridad social, primando la estabilidad de la pyme y diferenciando las aportaciones (quizás, que paguen más las grandes).
• Establecer líneas de financiación más eficaces para pymes. Creo que tanto la banca como las actuales entidades de garantía necesitan una actualización, para adaptarse a la gran política que el país requiere.
• Diferenciar diversas medidas según el tamaño, con un tratamiento concreto para las micropymes.

Después, hablemos de transición energética y otras cuestiones necesarias, pero primero hay que establecer el marco general de referencia.

En resumen, para ayudar a las pymes empezar por reconocer y facilitar su trabajo, su sostenibilidad.

Saludos cordiales a todas y todos.

@dirigirunapyme

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