EL PROCESO DE DIRECCIÓN ESTRATÉGICA (I)

La dirección estratégica

El proceso estratégico es la metodología mediante la cual desarrollaremos una dirección estratégica, esa forma de dirigir una empresa cuyas decisiones, y trabajo diario, se basan en una estrategia integral y a largo plazo, cumpliendo los requisitos que indica el gráfico siguiente.

la dirección estratégica

Lo expuse un post anterior, donde resaltaba lo siguiente:

  • Hay que partir de una visión clara respecto qué se quiere ser y donde llegar. Sin este elemento habrá trabajo, pero sin orientación.
  • La estrategia, y cómo se desplegará (llevarla a cabo), es preciso que esté escrita y configurada como un plan. No se trata de ir improvisando como sistema (aunque en ocasiones puntuales sí pueda actuarse así).
  • Por lo indicado, no sirve cualquiera para dirigir una organización: las personas que no sepan o no quieran basarse en una visión y en un plan no estarán capacitadas para tal fin.
  • El plan (la estrategia) precisará ser compartido con el equipo de directivos de la empresa, pues serán ellos los que, implicándose, ayudarán a llevarlo a cabo.
  • Y, el proceso de dirección estratégica implica una actitud de mejora continua, de tal forma que las revisiones de resultados y la toma de decisiones correctoras, en su caso, será algo habitual.

La dirección a corto plazo no es estratégica sino más bien reactiva, y difícilmente podrá ser sostenible. Por esto, el CEO necesitará tener siempre puestas las “luces largas” aunque en ocasiones concretas encienda las cortas.

Ahora, quiero profundizar más en la cuestión centrándome en «el proceso», como explicaré a continuación.

El proceso de dirección estratégica

El proceso de dirección estratégica son las diferentes etapas prácticas que constituyen el contenido de la dirección estratégica, el qué hacer y el cómo, e incluye formular la estrategia, implementarla (desplegarla) y revisar los resultados, como se resume en el gráfico siguiente.

la dirección estratégica

Y, a dicho respecto quiero resaltar una de esas conclusiones a las que he llegado tras muchos años: una “solución” (la estrategia) no es buena ni mala per se; será adecuada si se lleva a la práctica (con éxito), es decir: si se dirige bien, porque hay una relación directa entre esto y obtener resultados.

Por ello, cada una de sus fases sería, en mi opinión, igual de importantes y constituyen el núcleo del trabajo del máximo responsable de una empresa; y también de su equipo directivo al compartir los mismos objetivos.

Formular la estrategia

Formular es elaborar la estrategia (primera etapa), e implica abordar tres fases: partir de un buen diagnóstico de situación y oportunidades, reflexionar sobre las opciones más adecuadas y concretar los objetivos, y redactar el plan (la estrategia) a nivel de detalle. Es un proceso lógico y sólido.

Si tuviera que destacar lo más importante, sin ninguna duda diría que es el diagnóstico de situación porque nos indicará donde estamos y cuál es nuestra posición competitiva (con sus debilidades, fortalezas y amenazas). Y, además, nos permitirá identificar las oportunidades, que abordaremos en la reflexión estratégica.

  • A dicho respecto, recordemos lo que dijo Peter Drucker (no es textual): “dirigir una empresa no es resolver problemas sino aprovechar oportunidades”. Es una forma muy práctica de afrontar el futuro.

La fase de reflexión estratégica le seguiría en importancia, porque en ella podremos analizar, evaluar y priorizar todo lo que incluiremos después en el documento estratégico (tercera fase).

  • Dos de los resultados relevantes de la citada reflexión será revisar la visión e identificar con claridad los objetivos más importantes que hemos de abordar.

Y, por último, el documento o plan que explicará los objetivos y la estrategia para alcanzarlos, con su detallada planificación.

Utilidad del Plan Estratégico

Para conocer qué trabajos llevar a cabo en cada una de las fases del proceso estratégico, os sugiero leáis como referencia los artículos que escribí sobre el Plan Estratégico, porque su metodología podrá ayudarnos a comprenderlo todo mejor, inclusive herramientas concretas.

  • ¿Puede formularse la estrategia sin recurrir a un plan estratégico? Sí, sin duda, pero siempre que se pueda recomiendo hacerlo.
  • Y, otra opción alternativa muy útil es realizar una profunda reflexión estratégica especifica, en el seno de la cual puede concretarse “el cómo” lograr los objetivos.

Para terminar, hay que tener en cuenta o saberlo en su caso, que formular la estrategia no consiste en un deseo voluntarioso ni en algo etéreo: se emplean herramientas metodológicas que nos “obligan” a seguir una serie de pasos, con su planificación.

En el próximo post comentaré algunos aspectos de la planificación, y lo relativo a desplegar la estrategia y revisar los resultados.

Saludos cordiales a todas y todos.

@dirigirunapyme

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