El Mundo Pyme, es decir las circunstancias y características de las pequeñas y medianas empresas, es apasionante porque tener una, o trabajar en ella, supone un reto personal y profesional gratificante, además de incluir el ámbito familiar en muchos casos (en términos positivos o no).
Casi toda mi vida laboral ha transcurrido entre pequeñas y medianas empresas (también algunas grandes), al principio como directivo y después (el periodo más largo) en el campo de la consultoría estratégica, y he tenido la oportunidad de tratar y/o colaborar con más de un millar, es decir muchas (el número exacto nunca lo he averiguado).
Ahora, en este blog -una vez he pasado a «la reserva», que no retirada- pretendo trasladar con más calma algunas de las experiencias y metodologías, lo que debería hacerse y lo que no, incluso técnicas concretas de dirección que puedan ayudar, a los responsables de pymes, a ser más eficaces en su trabajo.
Siempre se puede dirigir mejor, y de ello depende lograr los objetivos concretos.
Paso a exponer (primera entrega) parte de mi visión de «el mundo pyme».
Las pymes
¿Qué es una pyme? Para la UE, las empresas medianas tienen <250 trabajadores y hasta 50 mill.€ de facturación, y las pequeñas <50 empleados y < 10 mill.€.
Las micropymes > 10 personas y hasta 2 mill. €. En España la mayoría son éstas, y un número muy significativo tienen menos de 50 trabajadores.
Todas son, en definitiva, Pymes: pequeñas y medianas empresas.
Dirigir una pyme
Dirigir es enfocar toda la organización en una dirección, la necesaria para lograr sus objetivos. Implica pasión, metodología y liderazgo, elementos que son implementados por personas concretas, los directivos (incluidos los dueños), su piedra angular.
Si una pyme esta bien dirigida tendrá más opciones de salir adelante.
La «madre del cordero» en las pymes son quienes las dirigen porque, al tener una estructura organizativa pequeña, el buen hacer (o no) de las personas singulares tiene una incidencia muchísimo mayor, en proporción, que en una empresa grande. Este es un punto crucial.
El mundo pyme y su «encanto»
En estas empresas, que dependen tanto de sus directivos, los resultados se «tocan» y se sienten propios. Es muy gratificante porque se trabaja para uno mismo o casi: hay una vinculación emocional muy fuerte.
De ahí parte del encanto de las pymes: vivencias diarias y relación directa entre esfuerzo y resultados, con una dedicación que puede convertirse en satisfacción (aunque no siempre, es obvio).
Además, es más fácil motivar y hacer partícipes de los proyectos y objetivos, porque hay un tipo de cercanía y comunicación entre «jefes, trabajadores y clientes» que facilita mucho las cuestiones.
El empleado siempre tiene al jefe accesible y preocupado por «la persona», y el cliente le conoce y trata. ¿Relación familiar? Quizás sea así, porque algo hay.
Todo es más humano, lo cual reconforta y ayuda. Y, como consecuencia las decisiones son rápidas y flexibles, y el esfuerzo individual se ve mejor recompensado, incluso reconocido.
Puede decirse que lo expuesto es fuente de ventaja competitiva.
Liderazgo y competencia
Pero el éxito no llega sin más. Para alcanzarlo, cada empresa deberá tener 1, 2 o 3 personas, entre sus responsables, especialmente preparadas: con capacidad competitiva y liderazgo. Si no ocurre, tendrán problemas.
Lo indicado es un punto capital a tener en cuenta en las pymes, pues no se trata de trabajar mucho sino hacerlo con sentido y eficacia, persiguiendo lo que se han propuesto.
También lo digo pensando en la sucesión familiar: no todos los hijos pueden liderar per se. O dicho de otro modo: se precisará un talento tangible en términos de saber organizar, habilidades tecnológicas, perfil comercial, visión a largo plazo, etc.
En las pequeñas y medianas empresas debe valorarse más el talento: en ocasiones se prioriza la dedicación y la confianza. Eso está muy bien, pero no es suficiente.
Algunas carencias pueden suplirse con formación: hay que darle más importante a este tema. Diría que un directivo de pyme necesita dedicar el 2-5 % de su tiempo a mejora personal (1-2 h/semana).
La formación es más importante, por necesaria, en la pyme que en la grande.
Aquí lo dejo. En unos días publicaré la segunda parte de «el mundo pyme», donde trataré la diferenciación, el tamaño y problemas culturales.
Quedo a vuestra disposición, incluso si queréis trasladar preguntas o consultas. Enviadlas, en su caso, al correo blog@dirigirunapyme.com.
Saludos cordiales.